jueves, 24 de febrero de 2011

En contra de los bancos de tiempo


Dicen (las malas lenguas) que estoy vago, que qué me pasa,… Pues, no, no estoy nada vago. Lo que ocurre es que llevo una temporadita en la no encuentro ese momento tranquilo en el que dejar a la inspiración coger mi procesador de textos. Y, además, tengo la “parte escritora” de mi cerebro dividida en dos temas: el blog y la columnita desde los 60 (que sabéis que escribo para la revista de la Escuela).
Al grano. ¡Qué interesantes se vuelven las reuniones de profesores cuando parece que alguien ha dado recreo a nuestra lengua y a nuestro cerebro para hablar –con pasión, con calor, atropelladamente, sin matices… charla de café – de las cosas importantes!
Ya se que hay quien dice que entonces no tenemos tiempo para lo urgente. Pero lo urgente siempre abunda más que el tiempo. ¿Para qué tienen el tiempo los que, “ricos en tiempo”, no lo pierden? El tiempo, como el amor, la amistad, la alegría, el buen rollo,… es para gastarlo, no para guardarlo.
En la reunión de la ESO de ayer tarde dos grandes temas sobre la mesa: el respeto-control a la intimidad de los alumnos (en sus escritos) y la utilización de Internet (facebook, twitter, Messenger, youtube,…) en nuestra aula de informática. Creo que todos hubiéramos estado de acuerdo en la “bondad” del uso de wikipedia. Así que no se trataba ni de Internet, ni del ordenador,… YA. Hemos dado un paso adelante.
Se trataba de las redes sociales (allí sí que se pierde el tiempo, se practica el cyber-bulling, se potencia la mentira,…) ¿Se trataba de esas zonas oscuras que aún no dominamos (y por eso son oscuras) y que, por tanto, nos dan un poco de reparo, si no de miedo? Sólo es una pregunta. Nada más.
Respecto a si podemos-debemos leer lo que nuestros alumnos escriben (virtual o físicamente, en un procesador de textos, o en un papel) sin su permiso, siempre lo he tenido muy claro. NO. Pero, estoy dispuesto a revisarlo. Y sólo digo que esa es mi convicción moral (la mía) desde la que trato de educar.
Esta tarde voy al teatro. He terminado de leer “El camino del encuentro” de Jorge Bucal y “El policía que ríe de Maj Sjöwall & Per Wahlöö. Cualquiera de las dos lecturas no será una “pérdida de tiempo”.
Si no llego antes, buen finde.

lunes, 14 de febrero de 2011

Frases "gloriosas"

Cuando los profesores leemos esas frases “gloriosas” que los alumnos nos entregan por escrito, no exculpamos nuestra responsabilidad. Pero ello no borra una inocente sonrisa en nuestros labios.
Sonreíd un poco a costa de la II República y la Guerra Civil Española:

. “En 1931 comienza una monarquía y un gobierno oligarca y se forma la República”
. “ En 1933 hay elecciones de derechas”
. “Adminastria política y laboral”  (lo que hubo fue una amnistía)
. “Confería una nueva dimensión a los ayuntamientos y declaraba el municipio”
. “La gente se muere y la salud pierde y enferma también”
. “Cambios en la conducción del campo” (era la producción)
. “Cambios en la inducción del campo” (también era la producción)
. “Al final la querra la ganó Franco porque tenía mucho prestigio y mucha experiencia y también porque falleció el general Mola”
. “Tras unas cuantas elecciones que se repartieron el liderato entre ellos y que cada uno hace una reforma cuando gana sus elecciones el hambiente se empieza a crispar cada vez más y más devido a las reformas del campo y la industria.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Habrá primavera

Esta semana, no cabe duda, el interés se lo lleva la política (aunque hablemos más del maravilloso anticiclón que nos permite ir a la playa). Los cambios en Batasuna-Sortu van a marcar una situación nueva, distinta, en la marcha de este país. Y habrá que estar muy atentos, como ciudadanos, primero, y como educadores, después.
A nivel interno, en la Escuela, es tiempo de matrículas, al menos en la ESO. Todos sabemos la importancia que esto tiene para nosotros. Dependemos del número de matriculados para seguir teniendo trabajo. Dependemos del tipo de alumnado que nos llega para marcar la línea educativa a seguir en ese trabajo.
A este respecto, (¿pura coincidencia?) vamos a trabajar las programacioones de nuestras materias. Programaciones "por competencias", se dice ahora. Es un trabajo que demasiadas veces nos pilla a desmano, cansados, un poco hartos, y por eso no le sacamos todo el jugo que tiene.
Una sola idea a aportar en esete asunto (para nada nueva). He leído que para el año 2020 la humanidad va a doblar sus conocimientos cada 6 meses. O sea, en julio del 2020 habrá tantos conocimientos nuevos, que no existían en enero, como todos los conocimientos que se habían acumulado hasta entonces. Y el crecimiento no parará en julio. ¿Exagerado? Aunque lo sea, ¿qué conocimientos van a necesitar nuestros alumnos actuales? ¿los que todavía hoy no existen?. ¿Que les vamos a enseñar?. Mejor contribuimos a su educación. O sea, mejor nos ocupamos de sus conductas, sus afectos, sus emociones, sus experiencias vitales, sus referencias éticas... y sus capacidades de auto-aprender.
Febrero suele ser un mes malo para los profes: cansancio, desánimo, dificultades para recuperarse rápidamente, intuición del fracaso de las esperanzas de septiembre, ... invierno. Se empiezan a ver síntomas. ¡Cuídaos, por favor! También este año habrá primavera.

miércoles, 2 de febrero de 2011

 A veces a uno le llegan textos lúcidos, interesantes e inesperados. Y, entonces, lo que toca hacer es darle "publicidad" (extenderlo más allá de uno mismo), sin más comentarios.
Podeis ver en mi blog (en la columna de la izquierda) que está recomendada la página web de Juan Torres López. Ayer recibí la última de sus entradas y me limito a transcribirla tal cual, supongo que con su beneplácito. Dice así:

Sembrar en el desierto
martes, 01 de febrero de 2011
Algunos comentaristas de mi web suelen argumentar que no podemos cambiar, que hay estructuras sociales y sentimientos humanos más fuertes que las rocas más duras y, como ellas, inamovibles. Yo no lo creo. No le he creido nunca y no voy a creerlo ahora que me voy haciendo más mayor y tengo que sentirme cada vez más joven. Yo confío y creo en la fuerza transformadora de los seres humanos e incluso, aunque es verdad que a veces tengo dudas, en la fuerza arrolladora de su humanidad. No suele hacer falta que nadie me convenza de eso pero a menudo recibo muestras de que no soy el único que piensa así y eso hace aún más profundas mis creencias. Hace unos días me ha vuelto a pasar. Recibí unas declaraciones del médico tunecino Moncef Marzouki, un opositor a la dictadura de Túnez que durante los últimos años había vivido exiliado en Francia y que de nuevo ha vuelto a su país, y me siento aún más convencido de que, más tarde o más temprano, como dijo Salvador Allende,"se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre". Dice Marzouki:
"Tengo dos técnicas para mantener una actitud psicológica positiva. La primera es que me digo que el tiempo geológico no es el tiempo de las civilizaciones, que el tiempo de las civilizaciones no es el de los regímenes políticos y que el tiempo de los regímenes no es el de los hombres. Hay que aceptarlo. Si me comprometo en el proyecto de transformar Túnez, con quince siglos de antiguedad, no voy a transformarla en veinte años. Debo aceptar por tanto los plazos del tiempo largo. Y a partir de ahí, no me desanimo, porque mi horizonte no consiste en los próximos seis meses o en la próxima elección presidencial: es el de los próximos cien años, que yo no veré, como es evidente.
Y la otra técnica proviene del hecho que soy un hombre del sur. Vengo del desierto y vi a mi abuelo sembrar en el desierto.  No sé si usted sabe lo que es sembrar en el desierto. Siembra en una tierra árida y luego espera. Si cae la lluvia, recolecta. No sé si usted ha visto el desierto después de la lluvia, ¡es como la Bretaña!. Un día, usted marcha sobre una tierra completamente quemada, luego llueve y lo que sigue, usted se pregunta cómo ha podido producirse: tienes flores, verdor...Todo simplemente porque los granos ya estaban ahí...Esta imagen me marcó de verdad cuando era niño. Y, en consecuencia, ¡hay que sembrar! ¡Incluso en el desierto, hay que sembrar!
Y es de esta manera que veo mi trabajo. Siembro y si mañana llueve, está bien, y si no, al menos los granos están ahí, porque ¿qué va a pasar si no siembro? ¿Sobre qué caerá la lluvia? ¿Qué es lo que va a crecer, piedras? Es la actitud que adopto: sembrar en el desierto... ". 
Bueno, no me puedo resistir a la tentación de un único comentario: A los que tratáis de educar aquí y ahora ¿no os suena eso de sembrar en el desierto?