miércoles, 4 de mayo de 2011

Cumpleaños

Hoy hace 27 años que soy padre. 27 ya. 27 todavía. Todavía porque esto de ser padre sí que es para toda la vida... y para casi todos los momentos de la vida.
Se deja de ser profesor, definitivamente  y cada vez que hay vacaciones (yo, al menos); se dejan por el camino amistades que fueron y relaciones menos intensas que hubo, compañeros de trabajo y de estudios, colaboradores en diversos proyectos, ...,  pero de ser padre no, casi nunca, en muy pocos momentos, no se deja.
Ser padre es una responsabilidad buscada (al menos la mía), una ilusión querida (al menos la mía), una preocupación compartida y, por encima de todo, un inmenso orgullo.
Muchas veces los hijos no acaban de entenderlo. Es lo que les toca, que yo también fui hijo y aún me acuerdo. Lo entenderán, como lo hemos hecho casi todos los mayores. Es cuestión de tiempo y experiencia (lo que a ellos aún les queda por vivir).
Que hoy mi blog sirva de testigo de esa responsabilidad, de esa ilusión, de la preocupación y del orgullo que hoy siento, para que ellos (los dos) un día puedan releerlo y reescribirlo para sus hijos.
Y, además, y sobre todo, os quiero (a los dos).

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