miércoles, 26 de enero de 2011

De complejidades y simplicidades

Ya lo sabemos todos los que estamos en este mundillo. No tenemos ninguna duda de la complejidad que tiene el mundo de la educación.
Uno de los elementos que la hace compleja, complicada, es la familia del alumno. La familia, generalmente, no está directamente presente en este espacio nuestro. De vez en cuando nos ponemos en contacto y nos relacionamos. Pero la familia siempre está ahí, de forma indirecta. Ellos son los que han elegido esta (u otra) Escuela y los que deciden qué buscan para sus hijos, lo que esperan de ellos y lo que se implican en el proceso de educación escolar.
No es fácil que los padres se impliquen demasiado en la marcha de la Escuela. En nuestro caso no resulta fácil siquiera que se impliquen en la marcha de su propio hijo en la Escuela.
Pero este es el medio en el que debemos "trabajar". Y, de vez en cuando, aprender cosas importantes. Por ejemplo: esta mañana una madres comunicaba por teléfono con toda la simplicidad del mundo que su hijo hoy no subía a la Escuela, que era su cumpleaños (el de ella) y hoy se iban a comer todos juntos, a disfrutar de que son una familia.
Quizás el chaval podría haber venido un rato, pero ¿alguien encuentra una razón mejor que ésta para faltar a la Escuela? ¿Hay algo más educativo?

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