viernes, 15 de octubre de 2010

Del teatro a la poesía


Este año voy a ir muy poco, pero eso no impide que esté al tanto y que os lo recomiende. Empiezan en Bilbao buenas jornadas de teatro.  Teatro del bueno. Si podéis…: Fin de partida, El avaro, Casa de muñecas, Todos eran mis hijos. Seguidas en menos de un mes.
Cuando pienso en teatro siempre me voy a la importancia de algunas personas en mi vida. Una de ellas fue Chelís Beltrán. Gracias a él me colé de hurtadillas en el mundo del teatro. Ahí empecé a leer y, posiblemente, a pensar.
Seguro que cada uno tenéis alguien especial a quien recordar.
Además, estamos en la semana de la poesía en Bilbao. Empecé la semana dando vítores a la poesía, bueno será terminarla trascribiendo una que casi todos mis alumnos han leído y analizado.
Cuando uno se enamora de otro, lo hace de su presente, de la persona que en esos momentos es. Si es inteligente (casi nunca), piensa que esa persona cambiará y que eso hace difícil saber si seguirá enamorado. Pero, el amor es así. Da un poco de miedo. No es lo único que da.
Suelo sacar de contexto muchas veces este poema, para pensar que en la educación sucede un poco al revés. Es demasiado frecuente que nos “toquen” alumnos que tienen muy poco para enamorarnos. Sería una trampa no quererles como son. Sería una estafa quererles sólo por lo que son. Tienen futuro, y nosotros contribuimos a la construcción de ese futuro. Lo que la educación debe buscar, entre otras cosas, es que en el futuro sea más fácil quererlos.
Os dejo con Pedro Salinas “La voz a ti debida”
Miedo. De ti. Quererte
es el más alto riesgo.
Múltiples, tú y tu vida.
Te tengo, a la de hoy;
ya la conozco, entro
por laberintos, fáciles
gracias a ti, a tu mano.
Y míos ahora, sí.
Pero tú eres
tu propio más allá,
como la luz y el mundo:
días, noches, estíos,
inviernos sucediéndose.
Fatalmente, te mudas
sin dejar de ser tú,
en tu propia mudanza,
con la fidelidad
constante del cambiar.
Buen finde.

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