miércoles, 13 de octubre de 2010

Un poquito de melancolía

Posiblemente éste es el primer miércoles por la tarde que me siento (de sentarse, no de sentirse) solo en la sala de profesores. Hay algunos más trabajando en los ordenadores. Pero, la mayor parte está siguiendo un curso de "supervisión de casos"
No les envidio. Es algo que ya no atrae mi interés. Para formarse en el terreno de la educación (supongo que en cualquier terreno) es necesario tener futuro y yo ya sólo tengo presente y pasado (... en este campo).
Pero, sí me congratula que haya quien sienta la necesidad y dedique parte de su tiempo a mejorar sus aptitudes educativas.
Formarse (seguir formándose) es un acto de humildad (lo contrario de lo del gallo. ¿Os acordáis?). Es un acto de fe en el futuro de uno mismo porque uno cree que puede ser mejor (todavía mejor) y un reconocimiento de la radical igualdad con sus alumnos (al fin y al cabo, aunque a distintos niveles, están en el mismo barco y hasta en los mismos pupitres).
Por eso, aunque ya no sea mi tiempo me alegro de que haya mucha gente en semejante desvarío ("formarse más, ¿para qué?" se oye decir a mucho listillo). Yo seguiré mi formación en otros terrenos.

Y que quede claro que en la foto anterior no había ningún montaje. YO ESTUVE ALLÍ

1 comentario:

  1. Hola Andrés, un gusto. Me has contagiado la melancolía, durante unos cuantos años ejercí la docencia en una universidad. Siento ( de sentir, no de sentarse)que, en cualquier ámbito, años ejerciendo un oficio, terminan por transformarnos. A lo que en un principio le dábamos mucha importancia y a lo que le dedicábamos mucho tiempo, ya no son tan relevantes y así... el ego se va achicando, la humildad creciendo y aprendemos a aprender de otras maneras y por otras vías.
    Pd: en rigor, el presente es lo único que existe!
    Gracias por pasar por mi blog, por tus palabras tan cálidas, espero podamos aprender(nos) mutuamente.
    Un abrazo fraterno desde el confín austral!

    ResponderEliminar